El diagnóstico hormonal implica la dosificación de algunas hormonas como FSH, LH, Testosterona Total, a las que podemos sumar Inhibina B, prolactina (PRL), estradiol (E2), SHBG y el estudio de la función tiroidea (TSH y fT4).
Además, es fundamental el uso de ecocolordoppler escrotal o testicular, un examen no invasivo, que permite evaluar en su totalidad todas las características de los testículos, reconocer patologías responsables de la infertilidad e identificar patologías que interfieren con la salud general del paciente , como lesiones testiculares sospechosas y no palpables. También te permite evaluar la posible presencia de varicocele, otra causa frecuente de infertilidad.
Finalmente, hay que recordar que alrededor del 30% de los casos de infertilidad masculina son idiopáticos ya que no es posible identificar una causa. Los factores involucrados pueden ser externos, como el estilo de vida, la nutrición y la contaminación ambiental, o relacionados con la persona, por ejemplo, infecciones crónicas, causas genéticas desconocidas, varicocele subclínico.
En aproximadamente la mitad de los casos de infertilidad de las parejas, el factor masculino puede influir. La función del andrólogo es investigar las causas subyacentes y recomendar la terapia médica más adecuada, dirigir, cuando esté indicado, a la pareja a las técnicas de procreación médicamente asistida (MAP) y sugerir cualquier intervención quirúrgica en el campo andrológico. Hay dos tipos de tratamiento de la infertilidad masculina: etiológico y empírico.
Un tratamiento etiológico se lleva a cabo cuando se identifica la causa y, por lo tanto , es posible un tratamiento dirigido . Por ejemplo, la varicocelectomía, cuando está indicada, asegura la eliminación de un factor de riesgo para la fertilidad, el varicocele. En caso de azoospermia obstructiva, el tratamiento puede estar representado por la obstrucción de los conductos seminales.
Otra causa de infertilidad que se puede encontrar son las infecciones genitales , que deben tratarse con terapia específica después de pruebas de cultivo específicas. En caso de hipogonadismo hipogonadotrópico, una enfermedad hormonal en la que hay un funcionamiento reducido de los testículos debido a la presencia de una deficiencia en la producción de gonadotropinas FSH y LH por la glándula pituitaria , la terapia de elección suele ser un tratamiento hormonal combinado con gonadotropinas, que en la mayoría de los casos permite la reanudación de la espermatogénesis. Otras terapias hormonales están representadas por fármacos anti-estrógenos como el clomifeno o por inhibidores de la aromatasa.
Desafortunadamente, en aproximadamente el 30% de los hombres infértiles no es posible hacer un diagnóstico determinado y el tratamiento será empírico, que tiene como objetivo mejorar la cantidad y calidad de los espermatozoides, aumentando así la probabilidad de fecundación y embarazo. En estos casos es frecuente el uso de antioxidantes, vitaminas y, en casos seleccionados, incluso algunas hormonas. Finalmente, en el caso de azoospermia obstructiva y en algunos casos de azoospermia secretora, es posible proceder, mediante técnicas quirúrgicas denominadas TESE o microTESE, a la recuperación de espermatozoides y tejido testicular, que pueden ser utilizados para procedimientos de procreación asistidos médicamente y que se puede crioconservar.
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