La progesterona es una hormona de tipo estereoideo que se produce durante la segunda mitad del ciclo menstrual de una mujer por la corteza suprarrenal y el cuerpo lúteo, así como por la placenta una vez embarazada. También es importante para la salud de la mujer simplemente garantizar la regularidad del ciclo menstrual.
Su función principal es crear un ambiente acogedor dentro del útero para preparar el cuerpo para la fertilización. Cuando el embarazo se afianza, la progesterona continúa manteniendo las condiciones óptimas para que el feto crezca. Cuando el embarazo está presente, esta hormona fundamental ayuda a prevenir que ocurran otras ovulaciones.
Durante el embarazo, la progesterona es una hormona particularmente importante, que debe mantenerse bajo control y, si es necesario, reintegrarse. De hecho, su tarea es proporcionar secreciones endometriales. También ayuda a evitar las contracciones uterinas que pueden poner en peligro el embarazo. Una función adicional de la progesterona durante los 9 meses es bloquear la reacción inmunitaria de la mujer bloqueando la fagocitosis. Sin embargo, es una hormona útil en casos de riesgo de parto prematuro.
Los valores de progesterona durante la fase lútea, es decir, cuando se produce durante el ciclo menstrual, se encuentran entre 1,2 y 15,9 ng / ml. Durante el primer trimestre el valor se eleva entre 2.8 – 147 pg / mL, durante el segundo a 22 – 95 pg / mL y durante el último 28 – 242 pg / mL.
Es común durante las primeras semanas de gestación que el ginecólogo o el médico tratante prescriban dosis de progesterona si resulta ser demasiado deficiente. Esto sucede cuando hay un pequeño desprendimiento o una fuga anormal durante la primera ecografía. La prescripción no siempre es bienvenida, ya que podría retrasar el diagnóstico de un aborto espontáneo, pero la progesterona puede ser de gran ayuda para la implantación del embrión. La progesterona se puede tomar por vía vaginal con inserción de óvulos, lo que minimiza los efectos secundarios del medicamento. Generalmente, la ingesta se limita a las primeras semanas de embarazo, es decir, hasta que la placenta sea capaz de producir suficiente progesterona por sí sola.. El medicamento también se puede usar en la etapa final del embarazo para relajar el útero y evitar las contracciones que podrían provocar un parto prematuro.
La ingesta de progesterona como fármaco no está exenta de efectos secundarios. Pueden ocurrir dolores de cabeza, náuseas y mareos, ginecomastia, secreción, problemas de la piel y más. Es de esperar un ligero aumento de peso y retención de agua.
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